miércoles, 18 de julio de 2012

Emily Roberts (1991).

(Fotografía de Mercedes F. Laguna)

Emily Roberts nació en Ávila en 1991. Estudia Filología Inglesa en la Universidad Complutense de Madrid y ha residido un año en Utrecht (Holanda) con una beca Erasmus. Es autora de la novella Lila (Ediciones Oblicuas, 2011) y ha participado en las antologías de poesía Tenían veinte años y estaban locos (La Bella Varsovia, 2011) e Hijas del pájaro de fuego (Fin de Viaje Ediciones, 2012). Sus poemas y relatos han aparecido en diferentes publicaciones impresas y digitales y ha sido traducida al portugués. Ha recibido tres veces consecutivas (2008, 2009, 2010) el Primer Premio de Narrativa Corta del Certamen Jóvenes Creadores del Ayuntamiento de Ávila. Ha traducido poesía del inglés para la revista Quimera y la antología VOMIT (El Gaviero Ediciones, en prensa), entre otros. Ha impartido un taller de escritura de tres días dirigido a niños en el programa de fiestas de verano del Ayuntamiento de Ávila. Es becaria del grupo de investigación de literatura digital LEETHI de la Universidad Complutense. Mantiene un blog personal (http://emilyrobertswrites.blogspot.com) y una columna sobre literatura clásica en Tribuna Ávila. Coordina este recital.

*

Los espacios naturales

Soy una mujer con 500 golondrinas dentro.
Todo el verano: olor a cloro y golondrinas.
El cuerpo lleno de golondrinas.
Con las alas rojas. Viento rojo.
Cloro listo para matar.
Limpiar o matar
la suciedad de las golondrinas.

Todo el verano: olor a cloro y a sal.
¿A sal?
No sal; sólo cloro:
limpio y aséptico para matar
la pureza, para matar.
El olor insoportable. Más que la muerte.
El olor de la muerte
insoportable.

Todo el verano: olor a cloro. Olor a limpio.

¿Cuál es la rendija que filtra
el sudor del deseo?

¿Cuál es la corteza que separa
el humano del animal?

¿Cuál la cualidad que define
el paso breve o la pereza?

¿La pureza? ¿La bilis,
roja?

Sólo sudor.

Sólo deseo.

Sólo animal: el animal, solo.

La correa.

El canto: el gemido que se parte;

parte.

Sólo el peso muerto
de los cuerpos.

Este deseo de contemplar la muerte.
(Esa muerte.)
(Cualquier muerte.)
De no apartar los ojos
de los dos cuerpos:

(golondrinas,)

dos cuerpos.

Y la rendija,
que deja pasar el aire:

exceso
de respiración.

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